Pérez Prado

José Dámaso Pérez Prado (Matanzas, Cuba, 11 de diciembre de 1916-Ciudad de México, 14 de septiembre de 1989), conocido como el «Rey del Mambo«, fue un músico, compositor y arreglista cubano nacionalizado mexicano.[cita requerida]
Dámaso Pérez Prado es conocido sobre todo por sus aportes al género del mambo, que tiene sus orígenes en el danzón cubano y que daría pauta al surgimiento y desarrollo del chachachá, así como también de la música surgida a finales de la década de 1950 y conocida luego, desde principios de los años 1970 como salsa. No fue el creador del ritmo, que ya se tocaba en La Habana de finales de los años treinta, pero sí su mayor difusor a nivel internacional.
En 1947 grabó Que rico el mambo y parte en gira hacia Argentina y Venezuela. En 1948 su música se inspira del jazz de Stan Kenton, y las casas discográficas cubanas ya no quieren hacer sus grabaciones. El cantante cubano Kiko Mendive lo invita a México donde funda su orquesta y contrata a Benny Moré como cantante. Compone tantas piezas que no les da ni siquiera un nombre sino números. El Mambo Nº 5 y el Mambo Nº 8 son las más conocidas. El 12 de diciembre de 1949 saca un 78 revoluciones con Que rico el mambo en una cara, y Mambo N.º 5 en la otra, desatando lo que se llamó la mambo manía.
Pasado el clímax del mambo, es llamativo que Dámaso Pérez Prado, una vez compuesta su pieza musical «Patricia» en 1958 y obtenido su éxito correspondiente, la grabase muchas veces y con diferentes arreglos, actitud que parece demostrar que tuvo por dicha pieza una especial predilección. Esta pieza fue utilizada en 1960 después por Federico Fellini en su película La dolce vita.
A finales de los años sesenta tuvo un gran éxito con su melodía «Mambo del Taconazo», y recibió un reconocimiento especial en Torreón, Coahuila, en donde residía la familia García Villarreal, con quien Dámaso Pérez Prado tenía estrechos lazos de amistad.
Entre sus composiciones más conocidas se encuentran las ya mencionadas Qué rico el mambo y Mambo Nº 5, esta última después lanzada en una nueva versión en 1999 por el cantante alemán Lou Bega.
Pérez Prado fue reconocido también por ser el autor del Mambo del Politécnico (usado comúnmente en eventos y celebraciones importantes del Instituto Politécnico Nacional de la Ciudad de México) y el Mambo Universitario (usado comúnmente en eventos y celebraciones importantes de la Universidad Nacional Autónoma de México).
Durante la década de 1960 estuvo ausente de México. Una leyenda urbana apunta a que una desavenencia con el gobierno mexicano porque este le prohibió interpretar el Himno Nacional Mexicano a ritmo de mambo, aunque también se barajan desavenencias políticas. Sobre este punto han surgido varios mitos: primero, que habiendo compuesto un mambo con tema del Himno Nacional, el gobierno mexicano lo deportó; segundo, que el líder de los compositores Gómez Barrera, envidioso por su éxito desbordante, intrigó y lo deportaron; tercero, que el líder de los músicos Venus Rey, al no dejarse explotar Pérez Prado, intrigó y lo deportaron; cuarto, que tuvo desavenencias contractuales con el propietario del Teatro Margo, lo denunció y lo deportaron y quinto, que fue por un lío de faldas, estaba en México la vedette brasileña Leonora Amar quien sostenía tórrido romance con el expresidente Miguel Alemán, Dámaso le ofreció hacerla una estrella rutilante si firmaba un contrato de exclusividad con él y por principio de cuentas harían una gira al Japón; la joven brasileña de 25 años se inclinaba por su carrera artística mundial y Alemán decidió cortar por lo sano ordenando la deportación. De las cinco versiones la última parece ser la verdadera, toda vez que la primera cayó por su peso, nadie jamás oyó el mambo del himno y los supuestos causantes de la deportación de las otras versiones nunca tuvieron el poder suficiente para expulsar a un personaje de la talla mundial del cubano. La última versión es la única que aparece documentada, las otras solo fueron rumores. Puede encontrarse la confesión de DPP en la novela ¿Tormenta Roja sobre México?, de Gonzalo Martré, página 236 y en la crónica «Rumberos de ayer» Ed. Instituto Veracruzano de Cultura, página 138, también de Martré.1
Fue autor de 144 obras y participó en 114 ediciones2. Discos de todo tipo fueron grabados, en solitario, con su orquesta, con artistas invitados, de manera tal que, se pueden contabilizar cerca de 500 discos3de donde se puede resumir en 59 álbumes, 142, discos sencillos y 283 compilaciones, para múltiples éxitos, nacionales y mundiales.